13-11-13
El peregrino solitario vuelve
después de haber ganado un mundo propio.
Por el camino de albariza llega
hasta su casa, pero ya no es suya,
ni ha salido su perro a recibirlo
hasta morir al verlo de alegría.
Tanto tiempo empleó ganando un reino
que el reino que dejó se fue en el tiempo.
Fue el dueño de estos campos, fueron suyos
los almendros en flor, las amapolas
bajo el aire de marzo, los arroyos
de las lluvias tempranas del otoño.
- ¿Y nada es mío ya? ¿De dónde vienes
buen peregrino? - De ninguna parte,
pues todo estaba aquí. Lentos sus pasos
en silencio desandan el camino.
El título del poema "Ulises" es como un símbolo del viajero. Se hace uso de endecasílabos con rima asonante y un pareado en "reino" y "tiempo".
Ulises vuelve de su batallas fuera de Ítaca solo, porque ha perdido a sus compañeros en el camino. Cuando regresa se encuentra que todo está cambiado, ni su perro le reconoce y su mujer tiene más pretendientes "ya no es suya".
En "tanto tiempo empleó ganando un reino que el reino que dejó se fue en el tiempo", se añade un valor de aforismo, la conclusión empieza y acaba con la misma palabra "tiempo". Ulises se fue para ganar un reino, perdiendo el suyo propio.
En la segunda estrofa, el autor desarrolla la pérdida del reino, descrito de forma rural, con un paisaje con elementos bubólicos. Al final, aparece un diálogo, que está mal editado por la falta de un guion al cambiar de emisor entre la primera y la segunda pregunta. La primera pregunta es más bien un soliloquio que Ulises se hace.
En los últimos dos versos, se personifica a los pasos que da Ulises "en silencio desandan el camino".
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